Habrá nueva campeona en el Masters 1000 de Cincinnati. La italiana Jasmine Paolini superó una durísima semifinal ante Veronika Kudermetova y se ganó el derecho a enfrentar en la final a la polaca Iga Swiatek, número 3 del ranking y reciente campeona de Wimbledon.

La jornada dejó dos postales muy distintas. Primero, Swiatek firmó una victoria contundente ante Elena Rybakina (7-5 y 6-3), equilibrando un historial que tenía en contra y asegurando además su lugar en las WTA Finals de Riad. Apenas una hora y 38 minutos le bastaron a la polaca para imponer su jerarquía, confirmando que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera: si gana este lunes sumará el 24° título y desplazará a Coco Gauff del número 2 del mundo.

En la otra semifinal, Paolini necesitó paciencia y resistencia para doblegar a Kudermetova. Tras imponerse 6-3 en el primer set y tener el triunfo servido en el segundo (5-4 y al saque), la italiana no pudo cerrarlo y cedió en el tie-break. Pero en la manga decisiva volvió a mostrarse sólida, hasta imponerse 6-3 en más de dos horas de juego. Con esta victoria, la campeona de Roma trepó al octavo puesto del ranking y confirmó su segunda final de la temporada en un WTA 1000.

El antecedente entre ambas no deja dudas: Swiatek ganó los cinco partidos que jugaron en el circuito. “Siempre es muy difícil enfrentar a Iga, pero me gustan las condiciones de Cincinnati y voy a luchar. Daré lo mejor de mi juego”, avisó Paolini tras clasificarse.

Aunque gran parte de la atención del torneo se la lleva la final masculina entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, la definición femenina tiene condimentos de sobra: una campeona de Grand Slam en estado de gracia contra una jugadora que se ganó, a base de resiliencia y constancia, su lugar entre las ocho mejores del mundo. Cincinnati conocerá este lunes a su nueva reina.